Son varios los factores a considerar antes de comprar una impresora de segunda mano: el tipo de equipo, su estado físico, la disponibilidad de consumibles y tus propias necesidades.

1. Impresoras láser: ideales para oficina, rápidas y con excelente calidad de impresión.
2. Inyección de tinta: muy comunes en uso doméstico, económicas y de fácil mantenimiento.
3. Matriciales: las primeras en hogares y negocios, hoy prácticamente en desuso.
4. Plotter: utilizadas en publicidad y cartelería de gran formato.

Antes de decidirte, revisa que la impresora funcione correctamente, tenga sus piezas completas y que los cables y fuente de alimentación estén incluidos. Evita modelos con cabezales incorporados, ya que suelen estar dañados. Comprueba que realiza todas las funciones del modelo sin fallos.

Verifica que los cartuchos o tóners de la impresora estén disponibles y sean fáciles de encontrar. Algunas marcas dejan de fabricar consumibles tras unos años. Además, asegúrate de que sean económicos para que el ahorro inicial no se pierda en gastos posteriores.

Pregúntate: ¿usarás mucho la impresora?, ¿quieres que dure muchos años?, ¿necesitas máxima potencia? Si requieres un rendimiento profesional, quizá sea mejor invertir en una impresora nueva. Si tu uso será ocasional, una de segunda mano puede ser suficiente.

Revisa cuántas copias ha hecho la impresora y cuál es su vida útil. Algunos modelos se bloquean al llegar a un número límite de impresiones. Si está cerca de ese tope, no es una buena compra.

Comprar una impresora de segunda mano puede ser una buena opción si se hace un examen completo del equipo. Revisa su estado, consumibles y vida útil antes de dar el paso, y evita pagar por un producto que no cumpla tus necesidades.